En los últimos años se ha diseminado a nivel mundial una ola de fanáticos y bandas de Death Metal técnico con marcada influencia de Death (muy especialmente desde el “Human” hacia adelante), pero aderezada con los sonidos tipo Vader (posterior al “Litany”) así como de ese cúmulo de bandas técnicas popularizadas hace poco más de una década (Obscura, Fallujah, The Faceless, todas, influenciadas en mayor o menor medida por Necrophagist), que se han ganado un puesto en la escena musical mundial, lo cual es digno de respeto.
Si alguien escuchó Death Metal durante la década de los 90, jamás imaginaría que en pleno año 2016 este género estaría siendo aclamado por sus cualidades técnicas. Pero, vale destacar, que el aspecto negativo de esa evolución es haber olvidado, lamentablemente, muchísimas raíces del Death Metal. En ese sentido, actualmente puedes ser un fanático acérrimo del Death Metal sin haber escuchado jamás el “Cause of Death” de Obituary, el “Scream Bloody Gore” de Death (sí, porque a la farándula sólo le gusta “Crystal Mountain” y “Lack of Comprehension”) o el “Onward to Golgotha” de Incantation, entre otras obras de arte que han servido de base para todo este movimiento. Esto equivaldría a ser “thrashero” escuchando actualmente Havok, Warbringer o Lazarus A.D y todos esos grupos similares sin ni siquiera conocer el “Season in the Abyss” de Slayer, “Ride The Lightning” de Metallica o “The Force” de Onslaught.
¿A qué se debe esta pequeña introducción? Simple: La banda a cuya reseña se contraen las presentes líneas ha sabido respetar y rescatar el sonido propio del Death Metal clásico, ese que tenía más “feeling” que blastbeats a granel, que constantemente se hace acompañar de partes densas y que, aún teniendo una marcada influencia de Vader, no se circunscriben a eso, pues suelen transmitir diversas sensaciones basándose en sonidos ya casi considerados arcaicos; en “Throne of Insanity” deleitarás unas influencias de la vieja escuela producidos con un sonido mucho más trabajado (al fin y al cabo estamos en 2016), pues Evil Reborn es eso y más, ya que sin encapsularse en una determinada influencia, saben mezclar a la perfección todo un recorrido musical de casi tres décadas de música extrema, tomando en cuenta, insisto, esas raíces ya parcialmente olvidadas.
Este “Throne Of Insanity” configura un avance indiscutible en lo que metal hecho en Latinoamérica se refiere, pues viene a representar el desarrollo de la música extrema en una pequeña ciudad del oriente de un país latinoamericano que está más acostumbrado a hablar del Metal que a apoyarlo. Evil Reborn en “Throne of Insanity” ha sabido desarrollar su talento de manera incólume: Riffs que se destacan y marcan la pauta, caracterizándose principalmente por su versatilidad, su no encasillamiento y por no copiar descaradamente a ninguna banda en particular, aún cuando en determinados momentos recuerdan el trabajo de melodías a los que nos tiene acostumbrado Avulsed, además de una constante evocación a Vader, todo sin perder la personalidad propia. Este disco contiene un trabajo vocal de primera categoría, sin que ello signifique la práctica monótona de voces guturales o gorrinas propias más bien del Brutal Death y el Slam. Victor Chaparro, su vocalista, ejecuta un trabajo impecable, con excelentes guturales que dejan un notable parecido (salvado las diferencias, obviamente) con los de Frank Mullen de Suffocation, y alguna que otra evocación a Peter Tatgren de Hypocrisy. Otro punto a favor del trabajo vocal es la claridad en la pronunciación, al punto de que puedes entender lo que canta, tanto en los temas en inglés como los temas en español, lo que representa, sin dudas, una gran virtud que a veces ni siquiera observamos en bandas de renombre mundial.
El bajo cumple a cabalidad el compromiso de seguir la gran destreza en las guitarras, además de sonar muy bien, gracias a la respetable producción musical de este trabajo, percibiéndose de modo claro y palpable. Sobre la batería debemos destacar algo concatenado, si se quiere, con la reflexión esbozada en las primeras líneas de esta reseña, y es que el trabajo en los parches está muy bien acoplado al resto del trabajo instrumental, sin “abusar” de blastbeats. ¿Y por qué digo “abusar”? Pues simplemente porque actualmente las bandas se esfuerzan en sonar más rápidos que otra cosa, dejando a un lado otros aspectos musicales. En la historia de la música extrema tenemos discos enteros de bandas legendarias que no tienen blastbeats; así, podríamos mencionar toda la discografía de Death y Obituary, que jamás usaron blastbeats, además del célebre “Dawn of Possession” de Immolation, por sólo nombrar algunos. Y no pretendo escuchar Death Metal sin blastbeats, sino que es preferible escucharlos bien administrados, tal como lo hace Anders Schultz en Unleashed, por solo citar un ejemplo. La batería suena ideal en “Throne of Insanity”, y se acompaña de una ejecución instrumental casi perfecta que denota un compromiso de personas jóvenes que se han asumido como profesionales y se tomaron muy en serio esto de hacer Death Metal. Otro aspecto importantísimo a resaltar es la excelente portada del disco, que va acorde con el nombre de este álbum, además de darnos una idea del contenido musical del trabajo en referencia.
Lo mejor del disco, aparte de su producción, es haber mezclado diversas tendencias del Death Metal, rescatando influencias que muchos pretenden olvidar y, simultáneamente, sonar limpios, frescos, actuales, sin colindar con la superficialidad propia de los sonidos modernos que hoy se disfrazan de Death Metal. Temas a resaltar, pues todos, pero con una milimétrica preeminencia de “Possesssed Angels”, “Black Dahlia”, “Destroying the Trinity” y “Bendita Malevolencia”. En definitiva, un gran trabajo musical, que significa el disco debut de una excelente banda latinoamericana que nada tiene que envidiar a bandas de mucha más experiencia, y que seguramente con este honorable trabajo empezará, muy justificadamente, a ser conocida y respetada en otras latitudes lejanas.
Por: Jorge Arzolay
Fuente: http://evylsrecords.com/
No hay comentarios. :
Publicar un comentario